top of page

¡Comienza YA a REUTILIZAR, RECICLAR, REPARAR Y RECIRCULAR, es COOL, Y ES URGENTE!!!

Foto del escritor: Las Cosas + SimplesLas Cosas + Simples

Actualizado: 30 mar 2020

El Reciclado en todas sus ramas resurge como una moda, y de la mano del #DIY, el #Minimalismo, la #Frugalidad y el #ZeroWaste, viene a concientizarnos y a rescatarnos de la autodestrucción.


No es cirujeo, no es acumular, es más simple y más lógico, y hasta le pone onda a la pobreza en que nos sumerge la crisis. (Argentina en 2019).

Arreglemos los artefactos, recirculemos ropa y libros, restauremos muebles.

Paremos de consumir a lo loco!!

Es absolutamente necesario para continuar como especie en la Tierra.

La tendencia es frenar el consumismo, que pierda su entidad, y en todo caso empezar a Reutilizar.

Es una tendencia que viene con la fuerza de lo urgente, y no es casual que se extienda por el mundo, considerando que nos dirigimos hacia nuestra propia extinción, por decirlo sin exagerar.

Sea moda o no, una vez te lo plantees, te picará el bicho de la conciencia ecológica y tu visión cambiará.


Pero lo vintage no había pasado de moda? No había que soltar objetos en desuso y despejar?

Desde cuando es cool ser pobre? Y actuar como pobre aunque no lo seas? (What?)


Muchach@s, esta moda viene de Suecia, de esas regiones en que siempre la tienen más clara.. y si nos entusiasmamos con la moda de los muebles y cosas nórdicas, el hygge y todo lo demás... por que no ponernos la camiseta con esto?


Le llaman "köpskam", significa "vergüenza de comprar".


Y ataca principalmente a la industria de la moda, aunque claro que aplica a todo lo demás.

Entonces nos venimos a enterar de que comprar a lo bobo y alardear de nuestras pertenencias está totalmente OUT, a medida que crece genuinamente la preocupación por el medio ambiente.

El köpskam es la nueva tendencia, es un bálsamo para quienes vivimos en países que atraviesan crisis económicas intensas, y yo humildemente recomiendo aferrarnos a ella y ponerla YA de moda, para aumentar nuestra autoestima y que no nos duela el no poder comprarnos las últimas modas, es más, podremos presumir nuestra auténtica (aunque forzada) austeridad orgullosamente, y quién te dice que la terminemos incorporando y detengamos un poco el horrible daño que le hemos hecho a nuestra Madre Tierra, con todo ese consumo desenfrenado e insensato.


Sobre la cruel industria de la moda:

"En 2016, H&M (gigante sueco de la moda) quemó 19 toneladas de ropa de remanentes en una central térmica de la ciudad de Västerås. Ese mismo año, H&M Dinamarca incineró 9,6 toneladas de prendas de vestir, el equivalente a 25.000 pares de vaqueros. ¿Cuántas toneladas se quemaron en Alemania? Y en Estados Unidos. La industria de la moda se ha vuelto insostenible: según un informe reciente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la producción de un solo par de pantalones vaqueros requiere unos 7.500 litros de agua, lo que equivale a la cantidad que una persona bebe en promedio en un período de siete años.

La UNCTAD señala que, además de producir más emisiones contaminantes que el tráfico aéreo y marítimo, la industria de la moda utiliza unos 93.000 millones de metros cúbicos de agua al año, cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas. Al mismo tiempo, 500.000 toneladas de microfibra, equivalentes a tres millones de barriles de petróleo, son arrojadas al océano anualmente.

El modelo de negocio dominante es la “moda rápida”, en la que la industria ofrece constantemente nuevas colecciones a precios bajos y anima a los consumidores a comprar y desechar ropa.

"Si continuamos con este enfoque, la expectativa es que las emisiones contaminantes de la industria de la moda crezcan casi un 50% para 2030", advirtió Elisa Tonda, directora de la Unidad de Medio Ambiente y Consumo y Producción de la ONU".


El movimiento acarrea varias tendencias, todas ligadas y hermanadas por la misma consigna:


Vuelven las “Ferias Americanas” y el Mercado de Pulgas.

Regresan en su versión cool, y te permiten comprar tu ropa de buena calidad y marcas (o no), objetos fetiche también, de alguien que posiblemente las haya usado muy poco antes de soltarlas, y las conseguís a excelente precio, cortando el sistema de consumo-desecho.

De la misma forma podrás hacerte de un dinero vendiendo eso que no usas, no te gusta, no te queda. En consonancia con el minimalismo que te incita a reducir tu guardarropa, conservando solo aquello que te queda cómodo y te es funcional, prendas básicas sin parafernalia comercial, sin complejos, y suavemente invitándote a definir tu verdadero estilo personal, y a amar y cuidar las prendas que te quedan bien y te generan alegría.

Te vas a encontrar adoptando tu ropa cual mascota adorable, lavándola, doblándola y guardándola cuidadosamente, en fin, amándola y valorándola… porque es “poca”, porque realmente te gusta y porque tendrá un valor superior a armarios repletos de prendas que vos sabés y todos saben que no te quedan bien, o te resultan incómodas, o no te entran como deberían.


Esto se extiende a otros objetos, como electrodomésticos, muebles, juguetes, adornos, etcéteras.

Entonces la idea no es golpearnos el pecho (aunque tal vez deberíamos) ni volvernos fundamentalistas, porque tarde o temprano eso choca y de buenas a primeras pierde la gracia, y volvemos al consumo irracional, llenos de ansiedad y abstinencias, y sin culpas, buscando recompensarnos luego de tanto sacrificio, casi como una dieta de esas súper restrictivas que todos hemos probado alguna vez.

Solamente echar luz sobre el tema y dirigirle un momento de reflexión, nos hará pensar cada vez que algo nos tiente: ¿Vale lo que cuesta? ¿“Realmente necesito endeudarme para pagar esto? ¿Esto que deseo comprarme es un elemento noble que aportará mucho a mi vida? ¿o tal vez están solo un chirimbolo que luego guardaré sin usar o desecharé cuando acabe su vida útil? (deliberadamente pensada por el fabricante para quedar obsoleto muy pronto y tener que ser reemplazado).

Pensemos un momento: el mismo fabricante que te ofrece con luces y colores su último producto, asegurándote que es lo mejor que te puede pasar… luego saca al mercado otra versión de lo mismo, con el mismo cuento, generándote una extraña urgencia por comprar…¿Que fue del producto anterior, entonces no era taaan bueno e imprescindible?. ¿A quién más le suena raro todo esto? Huele a manipulación del consumidor básica básica, que subestima nuestra inteligencia y a lo mejor tiene razón en hacerlo.


La ecuación es simple: te despojas de la necesidad sin fin de poseer cosas, y lo haces de una manera placentera y entretenida. Y conservas tu dinero para cosas más trascendentales, mientras que aportas tu ayuda y brindas respeto al medio ambiente.


Mencionemos más aspectos cool de estas tendencias:

La bicicleta con todas sus virtudes recobra su importante función y vuelve a ocupar el lugar que nunca debió perder.


El cuidado en nuestros actos se va extendiendo, esto te mejora como persona y por consiguiente trae cosas lindas a tu vida. Ley del Karma alguien?


La Frugalidad:

Se trata de reducir consumos y gastos al máximo, en la vida diaria, para ahorrar dinero y bajarse del consumismo, enfocando la atención en otros aspectos de la vida, pero incorporándolo como hábito hasta considerarlo normal y no vivirlo culposos como un nivel de ratonez total.

Pero no es la tacañez reivindicada, ni un elogio a la miseria. Todos merecemos la abundancia, y sanar nuestra relación con el dinero. Se trata más bien de reconocer el valor más profundo del diinero, nuestras horas invertidas, nuestro esfuerzo. Se trata de no despilfarrarlo, de no dar por sentado que necesitamos todo eso que creemos que necesitamos, y en todo caso de redirigir nuestras ganancias hacia algo más valioso y más consciente.


Este es un concepto que no entusiasmará a cualquiera, pero es un ejercicio interesante. Algunos la practicamos porque nuestros ingresos son pequeñitos y no hay otra opción, aunque niveles de frugalidad hay tantos como sueldos y presupuestos existan.

Siempre se puede ahorrar más en gastos habituales, y no tiene que ser sacrificado, de hecho puede ser divertido.

En mi familia lo aplicamos, a veces forzadamente, a veces con intención, pero no lo sufrimos realmente, ni nos averguenza.

Surgen cosas lindas y novedades, como cualquier cambio de rumbo positivo que se tome en la vida...

Nosotr@s por ejemplo establecemos varios días de no-salir-a-comprar en la semana, y cocinamos con lo que hay, por ejemplo, o planeamos paseos a la naturaleza, lejos de centros comerciales y cosas pagas.

Otro ejemplo bastante gráfico sería el de sobrevivir el fin de mes (cuando cobrás a principios del mes siguiente y no sos para nada adinerado), exprimiendo lo que queda de dinero, sabiendo que un desliz nos dejaría sin comer (guau, si eso nos pasa a algun@s).

Es cuando no te queda otra que ponerte creativo al cocinar, caminar buscando precio, dejar el coche en paz y disfrutar las bondades de las caminatas o la bicicleta, inventar paseos lejos de tentaciones, preparar picnics … ponerle disciplina a la crianza de nuestra hija y explicarle lo más amorosamente posible que no hay plata para golosinas o chucherías, sin culpa porque es cierto, y sacando de la galera diversos tipos de negociación que no incuyan cosas que comprar, como, por ejemplo “Portate bien este rato y cuando volvamos a casa jugamos a tomar el té de barro y hojas tod@s pintad@s y disfrazad@s”.

El siguiente párrafo contiene formación absolutamente irrelevante, y ventila intimidades.

Recientemente le pifiamos mucho al presupuesto y tuvimos que sobrevivir varios días con chirolas, y con la alacena muy muy flaca, ni hablar de la heladera. Como anécdota voy a contar que forzosamente incorporamos el aceite de oliva a toda preparación, porque no teníamos para comprar aceite de girasol ni manteca, cabe aclarar que no somos muy adeptos, por eso había una botella ahí firme, con ¾ de su contenido desde hace tiempo. No nos habíamos habituado nunca al sabor, y todo intento había sido en vano, aún considerando los beneficios de este aceite en comparación con los otros mas populares aquí en Argentina, en fin, esta vez improvisé hasta galletitas ¡y quedaron buenas!

Bienvenido el café sin azúcar, y las búsquedas de recetas del tipo: “cómo hacer omeletes sin huevo”. Jaja.


DIY

Si, es el Hazlo Tu Mismo de siempre, desvalorizado y olvidado. Si que se puede, hoy en dia hay todos esos tutoriales de absolutamente cualquier cosa que se te ocurra. Ya sé no tod@s tenemos las habilidades o las herramientas, pero sí, tod[N1] @s conocemos a alguien que sí sabe y sí puede reparar cosas. Y si, esos señores llamados “Service” o Técnicos también siguen existiendo y sí que sirve más darles a reparar algo y pagar por su servicio y capacitación, más que comprarlo nuevo (a menos en Argentina en este momento, no existe las cuotas sin interés ni las promos, y los precios son muy chotos, se tenía que decir y se dijo), de paso no dejamos que nuestros aparatos queden tirados por allí contaminando todo, les damos una nueva oportunidad.

*Hay cosas que no tienen arreglo y ya, y hay tecnologías que superan ampliamente lciertos vejestorios, no es para ponerse ortodoxos, un pendrive salvó más árboles que todos los esfuerzos de Greenpeace.




Objetos nobles que duran generaciones, y elementos manuales.

Aquí reivindicaremos esos objetos, elementos y herramientas que no dependen de la electricidad o la tecnología digital para funcionar. Y también aquellos hechos con materiales sustentables, sin explotación y producidos localmente, o sea que no vienen de la otra punta del mundo con todo lo que implica el transporte y los intermediarios. Y también los objetos artesanales, o de producción respetuosa y comercio justo.

Como ejemplo de cosas cotidianas, podemos hablar de las cafeteras clásicas (éstas), de las cacerolas, vasijas, macetas de barro que son sustentables y naturales (tanto como no lo son las de aleación de metales, o las de plástico), los textiles o tejidos crudos o teñidos con tintes naturales,

O los elementos duraderos, que pasan de generación en generación sin perder su utilidad, como herramientas o utensilios de hierro, o muebles de maderas macizas (ya deberíamos hoy dia aflojarle a la madera y las celulosas, y dejar a los árboles en paz).

Hablamos de preferir una máquina de pastas manual a una eléctrica, y yendo un poco más profundo, un palo de amasar cumple la función perfectamente, si nos decidimos a separar un poco más de tiempo para cocinar de forma heroica, en lugar de ver cantidad de videos de recetas en redes sociales durante horas de nuestra semana, para luego hacernos las personas ocupadas importantes y cocinar a las corridas comida de paquete.

Amasar y dejar levar un pan parece un despropósito, mientras que una máquina de pan automática tarda como tres horas de consumo energético en darte un pequeño pan apelmazado.

Creo que más o menos expresé la idea, dejo abierto el debate…


Por último y no por eso menos importante: aquí comparto enlaces útiles de ejemplos de gente poniendo en práctica todos estos conceptos, para que te sumes o para que te inspires.


Tiendas cool de ropa de segunda mano:







Compra venta




Diy


Info


Conoces otros recursos o iniciativas que quieras compartir? Comenta o contactanos. Es hora de colaborar y tomar conciencia. Abrazos sustentables! No olvides suscribirte!!

302 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Sumate a nuestra lista de amigos!!!

¡Gracias por unirte a Las Cosas Más Simples!

  • Twitter - círculo blanco
  • Pinterest - círculo blanco
  • Facebook - círculo blanco
  • Instagram - Círculo Blanco
bottom of page