Te contamos sobre nuestra mudanza impulsiva y forzosamente simplificada. Mucho más liviana. Y mucho menos estresante que la tradicional (previo desprendimiento consciente de acumulaciones materiales).
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Un buen día junto a mi familia decidimos trasladarnos a 800 km a vivir más tranquilos, más libres y más cerca de la naturaleza (de los suburbios de Buenos Aires a las sierras de Córdoba).
Fue una hermosa desición a nivel búsqueda de la felicidad intensiva, un dulce, repentino y algo doloroso exilio de nuestra zona de confort.
Tuvimos que aplicar estrategias extremas de desapego material, para simplificar el proceso al máximo (hablando de la parte práctica y material, de nuestras preciadas pertenencias).
Como este recurso radical finalmente resultó mejor de lo esperado, te acercamos nuestra experiencia, con sus aciertos y fallas, y esperamos te ayude a alivianar todo si estás con una mudanza en vista, o si te está costando esto del desapego y queres dar un salto al bello y maravilloso vacío.
Somos una pareja de adultos (?¡) con una niña pequeña y una gata joven.
Logramos instalarnos cómodamente en un alquiler sin muebles, en una provincia diferente, sin realizar mudanza tradicional (o sea sin gastar $$$) y así es como fue todo:
Nos apresó la urgencia de huir de la ciudad, siempre había existido la necesidad, pero también teníamos siempre demasiados peros y excusas. Esta vez fue un llamado al cual no pudimos renunciar y en medio de esas revelaciones movilizantes tuvimos que planificar la parte práctica, para no pifiarle demasiado a los aspectos materiales en nuestra nueva vida.
Cabe aclarar que no disfrutabamos de abundancia económica, en las sierras no nos esperaba nada en particular (ni trabajo ni familiares ni nada) y que tampoco estábamos espiritualmente elevados ni iluminados, solamente sentimos la urgencia de tomarnos el palo... De cambiar el sinsentido de la carrera de ratas por respirar aire puro, encontrarnos con nosotros mismos, mirar el horizonte, andar descalzos y muy posiblemente sufrir desempleo y pasar necesidades economicas. Ha.
Realizamos una mudanza minimalista con lo más básico de lo básico. El objetivo: hacer un solo viaje, los cuatro, llevándonos únicamente lo que entre en una Peugeot Partner, y arreglarnos con eso.
Hicimos la movida de cambiar nuestro auto por este utilitario tan popular en Argentina, que cumplía con el requisito de ser medianamente económica, noble y fiable, gastar poco (diesel) y contar con cierto espacio para llevar algunas cuantas cosas que necesitamos para la vida diaria (y que se pueda circular con un registro común de auto, a diferencia de otro tipo de camionetas más grandes).
Por empezar comenzamos con la tarea de vender todo aquello que sobraba en casa, que no nos llevaríamos y que casi no usábamos. A través de plataformas y grupos de compra venta online vendimos electrodomésticos, muebles, elementos de cocina, la pc de escritorio, consolas de videojuegos, decoraciones, cinta de correr y pesas...etc, etc.. cosas que muchos tenemos por allí, esperando ser usadas sin suerte, y que son más útiles cuando se convierten en billetitos para nuestros propósitos y proyectos más tangibles.
Hicimos buen negocio con algunas cosas que tal vez habíamos aprovechado a buen precio en su momento y que se vendieron con ganancia (además de habernos sacado el gusto de poseerlas), otras con menos ganancia pero pasaron a manos que les darían mejor uso, somos sensibles al regateo.
Luego nos entusiasmamos y vendimos otras cosas de las que no teníamos pensado desprendernos pero que tampoco caberían en nuestra mini mudanza.
La verdad es que si bien al principio impacta un poco, no nos arrepentimos ni extrañamos nada, muchas cosas ni recordamos haberlas tenido.
En esta otra entrada les cuento tips para vender cosas on line.
A lo que quería llegar con todo esto es a que en el proceso de ordenar para ver que llevar, y escaneando nuestras pertenencias con ojo de comerciante me he dado cuenta de que son MUY POCOS los objetos que cumplen funciones esenciales en la vida diaria.
Así que yéndonos un poco a los extremos nos desapegamos de casi todo y a algunos asuntos le buscamos la vuelta (quizá demasiado). Por ejemplo nos conseguimos una heladerita (refri) bajo mesada que viajará comodamente en el baúl, con cosas dentro, cambiamos a colchones inflables (gama media) sillas plegables y mesita ratona desarmable y sentarnos a comer sobre almohadones, esto gracias a influencias japonesas, aunque es probable que sea provisorio, hasta que nuestros huesos y achaques nos empiecen a pasar factura.
Tal vez nos consigamos unos troncos. Tal vez aprovechemos alguna mesa y sillas a buen precio una vez allí, tal vez cirujeemos o manguemos (pidamos prestado).
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Lo demás es ropa, abrigos, juguetes, no mucho más. Llevamos a nuestra gata Mei, que viaja en una de esas jaulas de transporte de plástico reglamentarias (se toma sus gotitas sedantes). Y no mucho más, las notebooks para trabajar... plantitas y semillas... algunas herramientas. Todo en cajas y bolsos para poder hacer el tetris a la hora de cargar el baúl.
Lo cierto es que como queda mi madre que puede ocuparse de enviarme cosas que dejé pero tal vez necesite, cuento con esa ventaja, así que no voy a cancherear, por ejemplo no llevamos lava ropas y es posible que en poco tiempo la situación se complique, pero nuestro lema es "ya veremos". Por lo pronto nos creemos capaz de fregar ropa a la antigua, no problemo.
Con respecto a eso venimos haciendo una reducción minimalista también de ropa, pero más adelante relataré como nos fué con todo este despojo. No somos muy fashion victims asi que no fue muy complicado, uniforme cómodo y alguna cosa decente para cuando haya que exponerse, prendas preferentemente durables y nada de extravagancias que no nos quedan.
Lo que más rescato de esta mini mudanza es que más allá de lo que pueda faltarnos al no realizar una mudanza tradicional con muebles y todo, es que nos permitió realizar una limpieza o una desintoxicación de tanto objeto que uno adquiere y se terminan convirtiendo en lastres, que ocupan lugares por donde debería fluir la energía libremente.
Esto es un concepto de mucha referencia en el movimiento minimalista, pero más allá de modas, es una muy buena forma de despejar mente, alma, ambiente... de simplificar, algo que todos necesitamos en esta era loca de demasiado consumismo y saturación de los sentidos.
En este otro post, les cuento de cuales cosas no pudimos prescindir y de cuales nos despedimos definitivamente. ¡Contanos tu experiencia con el desapego en los comentarios!
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