Sin parafernalia ni márketing, el movimiento minimalista se dirige a cambiar la forma en que percibimos nuestros objetos y posesiones, y luego desencadena una búsqueda interior plácida, ordenada y trascendental.

El desafío que propone el minimalismo apunta a cambiar la forma en que percibimos nuestros objetos y posesiones, y luego armónica y sutilmente desencadena una búsqueda interior auténtica y trascendental.
Es un largo camino a recorrer y vas a encontrarte con muchas trabas, (ninguna de ellas grave o realmente difícil). Pero lo cierto es que deshacerte de cosas que no habías considerado que sobraban es como mínimo incómodo las primeras veces.
Hasta que puedas ver con otro prisma y al pesar en la balanza prefieras una vida en general mas despojada y por tanto más libre y menos caótica.

Algo que me equilibró siempre fue ordenar hasta el cansancio cuando sentía ese enorme desorden en mi interior, instintivamente me dedicaba a acomodar, revisar, ordenar y generalmente terminaba pasando horas tratando de organizar cajones, armarios habitaciones, la casa entera si hubiese podido.
Pero también me chocaba con cosas guardadas que no me atrevía a tirar por algún motivo u otro y que me traían sensaciones desagradables, recuerdos olvidables, una nostalgia horrible o ansias de retomar cosas que había abandonado tiempo atrás con su correspondiente y sabio motivo.
Así también ciertos objetos me traían de vuelta el peso de las cosas y proyectos inconclusos, que pesaban y ensuciaban mis archivos mentales, y que los hubiera olvidado, haciendo lugar a algo mejor, de no haberme topado una y otra vez con su materialización.

Pienso que si, de hecho, encontrás cierta alegría revisando cachivaches viejos, es porque seguís enganchadx al pasado, y eso te impide avanzar, en general, te estanca.
Si es un buen recuerdo de vedad, quedará en tu mente y aparecerá cada tanto para traerte sonrisas, risas o amor. No es necesario aferrar recuerdos con objetos.
Intentando ordenar, solía terminar más cansada de lo que debería, por ser que ordenar en sí no implica gran esfuerzo físico, lo que agota es ese desgaste mental que solo sucede cuando cosas indebidas drenan tu energía sin que valga la pena. Puede que me ponga un poco esotérica en este punto pero lo cierto es que cada objeto, ropa, papel, imagen, tiene una carga que no siempre es positiva.
Dependerá de cuan trilladas hayan sido nuestras experiencias pasadas, que una simple foto te pegue una patada en la traquea o no, pero creo que todos conocemos cómo se siente. Revolver objetos y sentir fantasmas de otros tiempos que por nuestro bien deberíamos haber dejado atrás.
La premisa básica es sólo conservar lo útil y necesario y aquello que te provoca alegría u orgullo. Con esa base podemos determinar qué lugar ocupa cada cosa en nuestro espacio y en nuestro corazón.
El principal beneficio es poder sentir la energía fluyendo más limpiamente por la casa, una vez que nos animemos a implementar ciertas técnicas de limpieza de “Cosas que sobran”.
Me cuesta no ponerme existencialista con esto del minimalismo, es que la relación con nuestras posesiones dicen tanto de lo que pasa por dentro…
El resultado gratificante será una casa o espacio más fácil de habitar y disfrutar, pero es un cambio de hábitos que debe ser profundo para que se mantenga en el tiempo.
Tal vez el minimalismo parezca solo una tendencia, pero el caos continuo y la pérdida de tiempo y energía que la acumulación acarrea es un problema grande por donde lo mires, que refleja muchos mambos emocionales y de conducta que esta bueno enfocar y enfrentar, aunque sea algo instalado y naturalizado en nuestra cultura.
Técnicas básicas: organizar por categoría, no por espacios. (Marie Kondo)

Conservá lo que amás, lo que no te provoque nada en particular desechálo (o mejor véndelo o donálo), obviamente hablando de objetos extra, no de elementos como un pelapapas que puede no inspirarte pasión pero que definitivamente es útil. Se entiende.
La idea, eficiente, y establecida por Marie Kondo (how kawaii) sería organizar por tipo de elementos, no por cuartos. Por ejemplo. La ropa puede estar en diferentes lugares, lo de la temporada presente en el ropero o a la vista por ahí, en los cajones, colgada...
La ropa de otra estación puede estar en el altillo o en alguna caja por ahí (rotulada, idealmente), la ropa lavada sin planchar en el lavadero, en fin.
Si ordenas solo tu habitación la organización de la ropa nunca termina, o terminas de ordenar pero el resto de las categorías quedan pendientes en un mismo cuarto.Y lo sentís como tiempo perdido.
Cuando reduzcas tu ropa a sólo lo que te gusta y te queda bien y cómodo, todo esto ya no será un problema. ¿Tenés unas cuantas prendas lindas y que te encantan? ¿Que drama hay en que esté a la vista? Eso en mi casa es deco. No demonicemos la silla-perchero.
La técnica para el orden en general: primero separar en categorías.
Luego organizar cada espacio, todo de una.
Paso a paso. El proceso para organizar un espacio comienza visualizando como te gustaría que quede, aunque del ventilador de techo cuelgue ropa y la correa del perro, o la ventana este tapada por un colchón inflable ¡inflado! y polvoriento. De seguro en el trajín cotidiano unx intenta hacer la vista gorda con el caos presente y hacer de cuenta que si no lo ves no es real pero eso te pesa y te incomoda de forma subconsciente más de lo que quisieras asumir.
Necesitas contar con unas cuantas horas libres, porque te va a agarrar el entusiasmo, pero es tiempo bien invertido ya que simplificando los sistemas de categorías luego será más fácil mantener un orden general.
Reuní los items de cada categoría y agrupalos en algún lugar (por ejemplo esparcí toda la ropa en el piso o sobre la cama. O todos los cubiertos y utensilios sobre la mesa). Para no hacer lio ni meter presión, arranca por categorías mas o menos emparentadas. Ropa, luego zapatos, luego accesorios, luego blanquería, luego cosmeticos y elementos de higiene, luego limpieza, papelería, elementos de cocina, stock de alimentos, la heladera (fuff), en fin.
Requiere tiempo y determinación, y otras cosas como valor interior. Esenciales las ganas de hacer este cambio en tu vida, que perdure y evolucione, por que de eso se trata… mientras soñamos grandes cosas para nuestra vida, la simple rutina cotidiana se convierte en un peso caótico que se lleva tu energía, la que deberías usar para tus grandes planes trascendentales y entonces todo gira en círculos, y quedás siempre pataleando cual escarabajo tumbado.
Además el no tener un orden ni una idea clara de que es lo realmente necesario en la vida, ni hacia donde nos dirigimos acarrea gastos de dinero innecesarios. ¿Quien quiere eso?
Para decir chau a ciertas cosas sin remordimiento, hasta que incorpores el hábito:
Exponé todos los objetos frente a tu vista y luego colocalos en el lugar apropiado.
Lo que hace difícil despojar es que le damos demasiado significado emocional a cada cosa. Nos apegamos a elementos que en realidad no nos gustan solo porque alguien nos lo regaló, porque no los utilizamos pero tal vez algún día... porque pagamos por ellos y no nos parece lógico solo tirarlos.
A veces cosas que adquirimos no fueron usadas porque de entrada fueron malas decisiones, hay cosas que traen consigo la mala onda del día aquel de la compra, o de quien nos lo dió o vendió. Cosas raras, mejor cortar por lo sano.
Rara vez pasa que luego de un año de haber tirado algo digamos. “Uy la p* como fui a tirarlo y ahora lo necesito como el aire que respiro” posiblemente lo olvides pronto y para siempre.
Aconsejo aplicar el sentido común hasta tomar practica con el método. En resumen, si conservas ropa que ya no te queda con la esperanza de recobrar tu silueta de los 20, o un impulso te obligó a comprar algo que de ninguna forma es tu estilo, cada vez que lo veas vas a sentir una culpa que no vale la pena.
La idea es trabajar en el sentido común que decide qué es importante y que no.
Es difícil despegarse de objetos, de lo que sea, al parecer fuimos educados para aferrarnos a las posesiones, no importa cuáles. Pero hay que soltar. Simplemente.
Una técnica fácil de transición es meter cosas de las que dudas de su importancia en cajas, y si luego de unos meses no volviste a sacar nada y ni siquiera te acordás qué rayos tenía adentro la caja.. no titubees y doná la caja sin siquiera abrirla. Chau.
Puede que alguien le dé un uso productivo a algo que a vos no te sumó.
Esta bueno tener en cuenta que cada espacio que se libere puede dar lugar a cosas nuevas y mejores. Lo cual no necesariamente significa que haya que llenar los vacios.
Para ver con otra perspectiva hasta dónde se puede llegar despejando espacios, hacete una pregunta como esta: ¿para que guardar manuales de electrodomésticos etc. si los podes encontrar en internet (en el remoto caso en que lo necesites)?
Con los libros ya es otro tema, al menos para mi, supongo no es necesario ponerse radical, que vale elegir algo que no tirarías jamás de los jamones, que ni siquiera prestarías! Podés armarte un altar o, ya que tanta alegría te provocan , exponer estas cosas en la habitación que más habitas, exponiéndolos cual arte. Todos tenemos fetiches.
Un tip para lxs sentimentales: Marie Kondo sugiere darles las gracias a los objetos por su servicio, y de esa forma canalizar el sentimiento de culpa que nos produce deshacemos de ellos, y así también poder valorar más las cosas con las que decidimos quedarnos.
Comments